jueves, 4 de enero de 2018

Por las noches

- Ratita, ratita,  ¿te quieres casar conmigo?
- Tal vez, pero, ¿cómo harás por las noches?
- ¿Por las noches? Dormir y callar.
- ¡Pues contigo me casaré! 
Charles Perrault. La ratita presumida.

Durante el día, en el trascurso en el que el sol todo lo ilumina, tenderé un manto de palabras locas y de rituales protectores sobre lo que es evidente, sobre lo que soy.
Hasta que este abrigo mío quede raído y deje traspasar las corrientes del frío.
¿Y por las noches que harás?
Dormir y callar.
Durante el día, cuando la claridad no deja resquicios de sombra alguna, comeré lo que no es aconsejable, beberé como no es debido, y amaré, oh, sí, querré, de una manera infame y vergonzosa.
Hasta reventar de soledad sabiendo que todas las bolsas que llené estaban rotas.
¿Y por las noches que harás?
Dormir y callar.
Durante el día, donde todo está bien, cuando todo se aprecia tal como es y por tanto debe ser, y que así sea, buscaré lo que no me corresponde y encontraré los sucedáneos del pudiera ser. Amaré como no es debido ni está prescrito.
Hasta que el ocaso venga a sumar todos mis pecados.
¿Y por las noches que harás?
Dormir y callar.
Durante el día, cuando las noticias de guerras y de hambrunas, de abusos y corrupciones, de todas las violaciones que burlan la inocencia y lo sagrado, cuando toda la bancarrota de la riqueza humana aflore,  todo este delirio nos golpeará dejándonos heridos e impotentes.
Hasta que la luna tonta y la ninfa desnuda vengan y nos inyecten la morfina de su canción para el dolor, de su nana para el sueño.
¿Y por las noches que harás?
Dormir y callar.
Resultado de imagen de RENÉ MAGRITTE, "MAN IN A BOWLER HAT" (1964)
Man in a Bowler Hat, Rene Magritte
Durante el día, con el ánimo cohibido por el frío del alba, buscaré otra vez el calor, la llama, la mirada. Aceptaré la mirada del ojo que ella me ofrece, vigilante en mis sueños, fuera de ella y de ella. Asumiré mis culpas. Aceptaré ser vigilado, cuidado y observado aunque nada yo entienda, pues ciego iré. Asumiré esa magia surrealista y simbólica, pues siendo un sinsentido habremos de aceptar que por ser bella es verdad, y su verdad es La Belleza y La Maravilla. Buscaremos y perseguiremos La Ninfa que da vida y hace florecer los descampados que habitaron frente a mi. Que mientras ellos hablan de lucha y de compromiso, día a día, durante el día, por las noches son el ejército de desolación que todo asola. Y yo, mi bien, mi Supremo Bien, con toda mi torpeza y mi poética torpe de encontronazos y golpes en lo obscuro, a tientas, seré ciego de día, para mirar a través del ojo suyo por las noches, y así soñar y poder dormir en paz.
Y por las noches ...
Dormir, callar ...
Tal vez soñar, quizás amar.

La belleza es verdad; la verdad, belleza. Esto es todo lo que sabes sobre la tierra, y todo lo que necesitas saber. John Keats.

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